sábado, 17 de julio de 2010






“HUACHO, EL GUERRERO LEAL”

Por estas tierras, ubicadas al norte de la capital del Perú, vivía hace muchísimos años atrás, una anciana bruja llamada Amay. Vivía solitaria y su casa estaba ubicada a la espalda de un cerro de piedra al que nadie se atrevía a llegar sin el permiso o consentimiento de la bruja Amay. El temor se debía a que circulaban extrañas historias con respecto a esta anciana. Algunos de los indígenas del lugar decían que en las noches se convertía en una sirena y que cantaba a los pescadores de la playa y luego los convertía en bufeos. Otro recurría a su servicio para curar alguna enfermedad o dolencia que no podían curarse por si mismos.
Un día que la anciana regresaba a su vivienda y que llovía a cantaros en medio de una extensa pampa encontró a un niño pequeño que lloraba asustado. El corazón de la mujer se conmovió y lo protegió del frio con su viejo chal que la cubría. Lo llevo hasta su vivienda y allí le dio alimento y bebida caliente. El niño paso la noche llorando y la anciana no se despejo de su lado.
Hiso indagar con sus sirvientas por todo el valle buscando a los padres del niño pero no obtuvieron ningún dato sobre ellos. Por todos lados buscaron pero nadie había perdido algún niño. Cuando la anciana bruja se entro de esto decidió que el niño se quedara con ella. Y así sucedió, convirtiéndose en la madre del pequeño, al que por carece de padres y estar solo fue conocido como “huachito” que significaba “solitario”. Y de esa manera “huachito” consiguió un hogar al lado de la bruja Amay.
Pasaron los años y la bruja se iso mas poderosa, dominante en todo el valle del rio que irrigaba toda la Región, naciendo en los lejanos nevados de la cordillera blanca y desembocando en el amplio Océano Pacifico que bañaba las costas cercana. Y el pequeño “Huachito” creció, se hiso un joven fuerte y atlético, aprendió las artes de la guerra y fue llamado Huacho.
La bruja Amay tenía un poderoso enemigo llamado el cacique Chancay. Se disputaban importantes zonas del territorio divisorio entre ambos. Antiguamente todo perteneció a la bruja pero los había perdido en sucesivas batallas contra el cacique Chancay que había aprovechado entre las luchas entre Amay y la Barranca, una guerra Chimú que se asentaba a orillas de los vecinos valle, al norte.
Llegaron noticias alarmantes a la bruja Amay, en el sentido que las tropas del cacique Chancay, apoyado por el guerrero Ancón, avanzaban con rumbo a su territorio. Amay entrego el mando de la batalla de su hijo Huacho. Este, de inmediato envió a su chasqui Pativilca y solicito la ayuda de otros guerreros amigos. Llegaron rápidamente ante su llamado Carquin, Sayán y Oyon, quienes al mando de sus hombres prometieron rechazar al enemigo Chancay. Acudió luego Huacho donde la divina Vegueta y ella le informo que el lado débil del cacique Chancay eran sus hijos Huaura y Huaral a las que profesaba gran cariño y que nunca dejaría que al lago malo le sucediese. Ideo un detallado plan ayudado por estrategia Ingenio y guiado por Andahuasi logro llegar a la fortaleza donde se encontraban las hijas del cacique Chancay. Las capturo y luego envió mensajeros al cacique para una negociación. Ancón, ambicioso y deshonesto traiciono al cacique y lo despojo de sus tesoros llevándoselos a la todopoderosa Lima, reina suya.
El cacique Chancay, sin el apoyo fue derrotado por las fuerzas de huacho destacando la valentía de los guerreros Carquin, Oyon y Sayán. Sin fuerzas militares accedió a la negociación. Mientras tanto, una de las hijas del cacique, la hermosa Huaura se había enamorado del apuesto Huacho, siendo repudiada por su hermana Huaral, la que estaba enamorada del traidor Ancón. El cacique acepto devolver todo los territorios quitados a la bruja Amay y que tubo que recicnarse a aceptar el matrimonio de Huacho con su adorada Huaura quienes se vinieron a vivir a orillas del rio y de cuya unión nacieron dos hijos mellizos : Hualmay (varón) y Santa Maria (mujer).

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